Todos los que son estúpidos lo son, y además la mitad de los que lo parecen.
Quevedo
En este deslumbrante mundo de reuniones improductivas también hay tácticas. Suelo aburrirme y desconectar ante las sandeces que llego a escuchar. Eso sí, cuando no tengo ni idea de lo que me están contando y quiero parecer inteligente, uso una táctica.
Pongo cara de interesante y pregunto muy serio: “¿En qué te basas para sostener esa afirmación?”. Sin excepción, al que explica le entran sudores fríos y se aturulla explicando cifras y conclusiones. Mirándole fijamente guardo unos incómodos segundos de silencio y remato con un contundente “Entiendo” acompañado de más silencio. No falla.
Salgo sin tener ni puta idea, pero todos piensan que lo he pillado.
Ilusos!!!!