domingo, 21 de julio de 2024

Cómo amar

No sé querer sólo un poco. Ni despacio, ni a medias. Soy un ser que siente profundamente, que lucha con todo su ser y que defiende con garras y dientes lo que ama. Cuando la miro, mis instintos se despiertan y mi corazón late con una intensidad que no puedo controlar.

También soy quien huye, pero nunca a tiempo. Siempre vuelvo, arrastrado por la fuerza irresistible de este amor que me consume. Me lamo las heridas, sí, pero cada cicatriz es un recordatorio de que amar vale cada batalla, cada caída, cada momento de dolor. Porque amar así, con todo el ser, es la única manera que conozco.

Amar es ser fuego y leña, es fundirse con la pasión de un abrazo y perderse en la profundidad de una mirada. Cuando estoy con ella, me vuelvo valiente, invencible, capaz de enfrentar cualquier desafío con tal de ver su sonrisa y sentir su calor. Ella es mi refugio y mi impulso, la razón de cada latido acelerado, de cada suspiro profundo.

En sus brazos encuentro la paz que mi alma inquieta busca. Cada beso suyo es un pacto eterno, una promesa silenciosa de amor infinito. No hay medias tintas en mi amor por ella; es total, abrumador y sincero. Es un amor que lo da todo, que se entrega sin reservas, que no teme las tormentas porque sabe que en su compañía, cualquier adversidad se convierte en una aventura más que compartir.

No sé amar de otra manera, ni quiero aprender otra forma de amar. Prefiero seguir siendo este ser que lucha y se entrega, que siente y sufre. Porque amarla así, con toda mi alma y mi ser, es la única verdad que conozco y la única que quiero vivir.